domingo, 31 de mayo de 2020

ORIGEN DE LA FOTOGRAFÍA: PROTAGONISTAS E HITOS QUE REVOLUCIONARON LA CRÓNICA HISTÓRICA

Sin lugar a dudas, la aparición de la fotografía a comienzos del siglo XIX supuso un gran cambio a la hora de contar la historia. Hasta ese momento, los acontecimientos históricos se reflejaban de forma visual a través de la pintura, escultura, dibujos o grabados de los artistas de cada época. Con la fotografía se logra plasmar la realidad tal y como es. Este gran valor histórico de la fotografía se ha visto reflejado en el trabajo de grandes fotógrafos a lo largo del tiempo permitiéndonos profundizar en el estudio de los conflictos bélicos del siglo XX, la sociedad cambiante de un siglo convulso y las mejoras tecnológicas del mundo. Estas mejoras también se han visto reflejadas en la evolución de la fotografía desde sus orígenes hasta nuestros días.

Firma del contrato entre Niépce y Daguerre


LOS PROTAGONISTAS

Joseph Nicéphore Niépce


El primer procedimiento fotográfico o heliográfico fue inventado por Niépce hacia 1824. Las imágenes eran obtenidas con betún de Judea, extendido sobre una placa de plata, después de un tiempo de exposición de varios días. En 1824, Joseph Nicéphore Niépce logró fijar una imagen del patio exterior de su casa, siendo ésta la primera fotografía de la historia, motivo por el cual Niépce es considerado “el padre de la fotografía”.

Primera fotografía (Niépce)


En 1829, Niépce asocia a Louis Jacques Mandé Daguerre en sus investigaciones.
En 1832, ponen a punto, a partir del residuo de la destilación de la esencia de lavanda, un segundo procedimiento que produce imágenes con un tiempo de exposición de un día entero.

Louis Jacques Mandé Daguerre


Niépce muere en 1833. Daguerre continúa trabajando solo e inventa, en 1838, el daguerrotipo, primer procedimiento que comprende una etapa de revelado. Una placa de plata recubierta de una fina capa de ioduro de plata era expuesta en la cámara oscura y luego sometida a la acción de vapores de mercurio que provocaban la aparición de la imagen latente invisible, formada en el curso de la exposición a la luz.
Este revelado consistía en una gran amplificación del efecto de la luz, con lo cual el tiempo de exposición no pasaba de los 30 minutos. El fijado era obtenido por inmersión en agua, saturada de sales marinas.

Daguerrotipo


Se puede considerar que la historia de la fotografía nació con la primera foto pero oficialmente la fecha es 1839, año en el que el gobierno francés compró la patente del daguerrotipo a su inventor, Louis Jacques Mandé Daguerre.

Si Niépce queda para la historia como el que consiguió fijar la primera fotografía, la primera cámara de la historia sería el daguerrotipo, desarrollado por Daguerre a partir del trabajo del anterior y con la idea de encontrar un nuevo proceso que acortara la exposición increíblemente larga que se necesitaba para obtener una imagen.

Hippolyte Bayard


En julio de 1839, otro francés, Hippolyte Bayard, descubre el medio de obtener imágenes positivas directamente sobre papel. Un papel recubierto de cloruro de plata era oscurecido a la luz y luego expuesto en la cámara oscura después de haber sido impregnado en Ioduro de plata. El tiempo de exposición era de treinta minutos a dos horas.

William Henry Fox Talbot


En 1839, el anuncio del invento del daguerrotipo incitó al inglés William Henry Fox Talbot a retomar las investigaciones interrumpidas cuyos comienzos remontaban a 1834. En 1841, patentó el calotipoprimer procedimiento negativo/positivo que permitía la multiplicación de una misma imagen gracias a la obtención de un negativo intermediario sobre un papel al cloruro de plata, vuelto translúcido gracias a la cera. Como con el daguerrotipo, la imagen latente era revelada luego, por medio de un producto químico, el revelador: una solución de ácido gálico y de nitrato de plata. Una segunda hoja de papel recubierta también de cloruro de plata era más tarde expuesta a través del negativo translúcido, para dar el positivo final.

John Herschell


En 1839, se le debe a John Herschell el descubrimiento del medio para fijar las imágenes, sumergiéndolas en un baño de hiposulfito de sodio, el mismo componente esencial de los fijadores fotográficos actuales. Las ventajas del calotipo reposaban principalmente en la facilidad de la manipulación de las copias sobre papel y de la posibilidad de reproducción múltiple. En revancha, la definición, limitada por la presencia de las fibras del papel negativo, no podía rivalizar con el daguerrotipo.

Hippolyte Fizeau


Para reducir aún más el tiempo de exposición, se crearon objetivos de focales cortas, más luminosos, por lo tanto, conservando la nitidez en toda la imagen. En 1841, el físico Fizeau reemplazó el ioduro de plata por el bromuro de plata cuya sensibilidad a la luz es muy superior. Nada más que algunos segundos de exposición eran suficientes para obtener un daguerrotipo. Entonces tomar retratos se volvía posible.

Abel Niépce de Saint Víctor


Con el fin de mejorar la transparencia del calotipo negativo, Abel Niépce de Saint Víctor, primo de Niépce, descubrió en 1847 la forma de reemplazar el papel por el vidrio. Para que el bromuro de plata pueda adherirse al vidrio, tuvo la idea de mezclarlo con la albúmina (el blanco del huevo). Aunque un poco contrastadas, las imágenes se volvieron extremadamente precisas, obligando a los ópticos a poner a punto objetivos aún más eficientes.

Scott Archer


En 1851, el inglés Scott Archer reemplazó la albúmina por el colodión cuya base es el algodón pólvora. Las imágenes blanco y negro obtenidas por este procedimiento alcanzaron una calidad nunca más obtenida. Con el inconveniente, de que la toma debía tener lugar mientras que la placa estaba aún húmeda y que el revelado debía efectuarse inmediatamente después.

Richard Meaddox


En 1871, otro británico, Richard Meaddox, remedió ese problema reemplazando al colodión por la gelatina, procedimiento perfeccionado por Charles Bennet quien demostró que las placas gelatinizadas adquirían una gran sensibilidad cuando uno las mantenía durante varios días a 32° C. Las placas al gelatino-bromuro no solo podían ser almacenadas antes de usarse, sino que su sensibilidad era tal, que la exposición no excedía de la fracción de segundo.

Por esa razón, poco antes de 1880, comienza la historia del obturador, porque la alta sensibilidad de las placas necesitaba de la concepción de mecanismos capaces de dejar entrar la luz en la cámara durante solo un centésimo y aún un milésimo de segundo. Debía evaluarse precisamente la intensidad de la luz y así el fotómetro se convirtió en un verdadero instrumento de medida.

Georges Eastman


El estadounidense Georges Eastman, fundador de Kodak, concebirá en 1888, la idea de un soporte blando. Las placas de vidrio serán progresivamente reemplazadas por los rollos de celuloide.

LA REPRODUCCIÓN DE LOS COLORES

Le faltaba todavía a la fotografía, la reproducción de los colores. Las primeras tentativas fueron la iniciativa de Edmond Becquerel en 1848, luego la de Niépce de Saint Víctor, en 1851, quienes demostraron que una placa de plata recubierta de cloruro de plata puro reproducía directamente los colores, aunque de manera inestable.

Louis Ducos du Hauron


En 1869, Louis Ducos du Hauron logra, en Agen, la primera fotografía en colores aplicando el principio demostrado por Maxwell de la descomposición de la luz por intermedio de los tres colores fundamentales, el rojo, el amarillo y el azul. Éste realizó tres fotografías de un mismo tema, a través de un filtro respectivamente rojo, azul y amarillo. De estos obtuvo tres positivos del mismo color de cada uno de los filtros utilizados. Superponiendo exactamente las tres imágenes, obtuvo la restitución de los colores.

Gabriel Lippman


El físico Gabriel Lippman recibió el Premio Nobel en 1906, por haber descubierto en 1891, el medio de obtener fotografías directamente en colores sobre una misma placa, por medio de un procedimiento interferencial que ya prefiguraba la holografía. Demasiado compleja, esta invención no trascendió el estadio del laboratorio.

Hermanos Lumiére


El primer procedimiento mono placa color que pudo ser utilizado por aficionados nació en 1906. El autocromo inventado por los hermanos Lumière retomaba el principio de la síntesis de tricromía lograda esta vez en una sola placa por medio del añadido de un mosaico de micro filtros de tres colores realizado gracias a granos de fécula de patata.

Principales hitos de la fotografía. Autoría: Luis Monje Arenas.


El descubrimiento del revelador cromógeno por R. Fisher desde 1911, ofreció a la fotografía en color una nueva dirección. Se había observado que algunos reveladores producían imágenes con un color dominante en lugar de un blanco y negro neutros.

El principio tri cromo fue retomado por la Empresa Agfa para poner a punto en 1936 las películas Agfacolor constituidas de tres capas superpuestas sensibles respectivamente al azul, verde y rojo. Fue puesto a punto un revelador que coloreaba las capas según el color de su sensibilidad. Así, la posibilidad de reproducir los colores produjo mejoras en las ópticas, para transmitir fielmente en la película, los colores del objeto.

En 1935, dos americanos L. Mannès y L. Godowsky mejoraron el procedimiento. Comprado por Kodak, tomó el nombre de Kodachrome. Aunque nuestras películas color actuales sean muy sofisticadas, no impide que tengan que acudir siempre al bromuro de plata, a la gelatina, así como al principio de base del Agfacolor y del Kodachrome.

 

HITOS QUE MARCARON LA EVOLUCIÓN DE LA FOTOGRAFÍA

EL PRIMER FOTÓGRAFO DE GUERRA

Roger Fenton


Después de su nacimiento y durante muchos años, la fotografía fue considerada más bien una curiosidad científica con una utilidad poco más que experimental. Pero poco a poco, según se fueron estandarizando y mejorando los procesos necesarios, su utilización comenzó a extenderse. Un momento importante fue 1855, cuando el fotógrafo Roger Fenton viajó a Crimea para documentar los acontecimientos de la guerra que allí se desarrollaba.

Soldados en la Guerra de Crimea. Roger Fenton.


De este modo, nació el primer fotógrafo de guerra de la historia, y con él podríamos decir que la costumbre de emplear la fotografía para documentar los eventos que ocurrían a lo largo del planeta. Aquellos primeros fotógrafos no lo tenían nada fácil, porque el proceso para conseguir las imágenes aún era muy laborioso y no sólo requería de una cámara enorme sino también de un laboratorio móvil. Por esas mismas limitaciones, Fenton no fotografió a los soldados en plena batalla, ya que aún era necesario realizar largas exposiciones, así que tuvo que limitarse a paisajes y retratos de los soldados participantes.

SE LANZA LA PRIMERA CÁMARA KODAK

Así anunciaban las primeras Kodak


Kodak
es sin duda uno de los nombres más comúnmente asociados a la historia de la fotografía. Y no es de extrañar porque de la empresa fundada por George Eastman salió, hacia 1888, la primera cámara dirigida al gran público que popularizó con el eslogan "Usted sólo apriete el botón, que nosotros hacemos el resto".

Aquellas cámaras parecen arcaicas vistas ahora, pero sin duda fueron una revolución para este arte al permitir que cualquiera pudiera hacer fotografías sin necesidad de saber nada de los largos procesos que aún se requerían para obtener las fotos. El usuario se limitaba a exponer las fotos y enviar la cámara al laboratorio para que éste se encargara del revelado y le entregara las fotos terminadas.

EL NACIMIENTO DEL FOTOPERIODISMO

Si Roger Fenton fue el primer fotógrafo de guerra y volvió de Crimea con unas imágenes que, ya fuera por limitaciones técnicas o por decisión de estilo, no resultaban especialmente agresivas, Reinhold Thiele fue un seguidor que adoptó una mirada bastante diferente. Este fotógrafo de origen alemán se trasladó a Londres donde trabajó para la London Stereoscopic Company, una empresa dedicada a captar imágenes estereoscópicas que en aquellos años fue pionera enviando fotógrafos por todo el mundo para engordar su librería de imágenes.

Una imagen de la Guerra de los Boer. Reinhold Thiele.


Claro que por lo que destacó Thiele fue por su cobertura de la segunda parte de la Guerra de los Bóeres que libró Inglaterra contra los colonos neerlandeses de Sudáfrica entre 1880 y 1881. Enviado por el periódico London Daily Graphic, algunas de las imágenes que envió directamente fueron descartadas debido a la crudeza de lo que mostraban (ni más ni menos que la carnicería que se estaba produciendo en aquella guerra). Pero para la historia queda aquella forma de documentar los eventos de manera realista, por lo que Thiele es considerado uno de los padres del fotoperiodismo (que años más tarde tendría su edad dorada).

EL FORMATO DE 35 MM SE ESTANDARIZA

Primera cámara Leica.


Aunque el primer rollo de película data de bastantes años antes (cuando Kodak lanzó su primera cámara en 1888), el verdadero hito para la historia de la fotografía fue cuando se popularizó masivamente el formato de 35 mm, ya en el Siglo XX.

Y el mérito aquí es de Oskar Barnack, un ingeniero alemán y fotógrafo aficionado que pensó en desarrollar una máquina pequeña y manejable, que permitiera hacer varias tomas de una sola vez y fuera rápida, justo lo que no eran las cámaras de aquella época.

En 1913 creó un prototipo de una cámara fija que usaba película en rollo de 35 mm (que había surgido en 1889 a medias entre Kodak, que fue quien lo patentó, y Thomas Alva Edison a quien se atribuye la idea de añadirle las perforaciones laterales), y en 1925 presentó la primera cámara bajo la marca Leica, haciendo que la fotografía diera un giro de 180 grados, Y es que, a partir de entonces, fue mucho más sencillo tomar imágenes en cualquier lugar con una cámara muy pequeña.

NACE LA FOTOGRAFÍA INSTANTÁNEA

Cámara Polaroid modelo 201


En la actualidad, la fotografía instantánea está de moda, pero sus orígenes se remontan a los años 30 del siglo pasado. Justo cuando la pequeña hija de Edwin Land, un científico que había inventado el filtro polarizador, le preguntó a su padre por qué no podía ver ya la foto que le acababa de hacer.

Aquello fue el germen de la idea para crear la cámara instantánea, que Land consiguió crear, como un primer prototipo, cuatro años después. Así surgió Polaroid, en el año 1938, y diez años después se lanzó al mercado la primera cámara instantánea.

SE CREA MAGNUM FOTOS

Henri Cartier-Bresson


Lo que hoy conocemos como Agencia Magnum, data de 1947 cuando uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX, Henri Cartier-Bresson, decide crearla junto a varios compañeros fotógrafos, incluyendo al no menos famoso Robert Capa.

Con ello comenzó el trabajo de la que es considerada la agencia fotográfica más influyente por la que han pasado algunos de los fotógrafos más importantes de la historia y en cuyo catálogo están muchas de las imágenes que han marcado la evolución de la fotografía.

LA FOTOGRAFÍA DIGITAL REVOLUCIONA LA INDUSTRIA

Steve Sasson posando con la primera cámara digital


Tenemos que volver hasta los años 70 para conocer el germen de la fotografía digital, sin duda un hito importante en la historia de la fotografía. Concretamente, la primera cámara digital data de 1975 cuando Steven Sasson, un ingeniero de Kodak (una vez más) construyó un dispositivo electrónico que era capaz de captar imágenes fijas a través de un CDD (que se había inventado seis años antes).

Aquel prototipo pesaba unos tres kilos y sólo sacaba fotos en blanco y negro con una resolución (“estratosférica”) de 0,01 megapíxeles que guardaba en una cinta magnética. Sin embargo, aquello fue el comienzo de una revolución en la que aún estamos inmersos hoy día.

SE LANZA EL IPHONE

Primer modelo de Iphone


Está claro que el teléfono móvil de Apple no fue el primero, que antes hubo muchos otros y que también tenían su propia cámara, pero la llegada de la primera generación del iPhone, en el año 2007, lo podemos considerar como un punto de inflexión para la popularización actual de la fotografía entre las masas a niveles nunca conocidos (y que se ha incrementado gracias a la influencia de las redes sociales).

Aquel primer iPhone tenía una cámara (trasera) de sólo dos megapíxeles, pero su interfaz táctil (que estrenó este modelo revolucionando más si cabe el sector de la telefonía) fue el punto de partida de lo que hoy conocemos, gracias a dispositivos sencillos de usar, que se pueden llevar a todas partes en el bolsillo y que, incluso ofrecen la posibilidad de editar las imágenes in situ vía aplicaciones.

Evolución de la cámara fotográfica. Autoría: Visual.ly.


En esta entrada del blog nos hemos asomado a los orígenes y evolución de la fotografía. Una pequeña toma de contacto que nos servirá como punto de partida para explicar la vida y obra de grandes fotógrafos cuyo trabajo ha sido indispensable para acercarnos la historia contemporánea de la manera más real posible.

BIBLIOGRAFÍA

  • Amar, Jean (2018). Fotoperiodismo. Madrid: Ed. La Marca.
  • Bauret, Gabriel (2016). De la fotografía. Madrid: Ed. La Marca
  • Beaumont, N. (1986). The History of Photography from 1839 to the Present. Londres: Secker and Warburg.
  • Frizot, M. (1998). A New History of Photography. Alemania: Könemann.
  • Leggat, R. (1995). A History of Photography; from its beginnings till the 1920s. Recuperado de: http://www.mpritchard.com/photohistory/
  • Museo Maison Niépce; http://www.photo-museum.org/es/vida-nicephore-niepce/
  • Newhall, Beaumont (2014). Historia de la fotografía. Barcelona: Ed. Gili.
  • Warner Marien, Mary (2012): 100 ideas que cambiaron la fotografía. Barcelona: Editorial Blume.

miércoles, 27 de mayo de 2020

LA CHICA DEL VAGÓN NÚMERO 7

Aquí comienza la publicación de una serie de relatos de escritura creativa. En el primero de ellos, se muestra un mismo relato escrito desde diferentes tipos de narradores.


ANA PÉREZ

NARRADOR OMNISCIENTE

Era una tarde calurosa de verano en la estación de tren María Zambrano de Málaga, el bullicio de los turistas era ensordecedor, especialmente el de los pasajeros del tren con destino Madrid. En el vagón número siete no cabía un alfiler, iba lleno de personas de todas las razas y profesiones. En las primeras filas se sentaron dos familias indias con sus bebés, después un grupo de adolescentes ruidosos y alegres, por lo que parecía su primer viaje de amigos sin padres a la vista, no faltaban los hombres y mujeres de negocios trajeados, un médico que repasaba el discurso que daría en ese congreso médico tan importante que no se podía perder, la escritora bohemia junto a su amiga embarazada y el típico señor mayor cascarrabias que se quejaba de la ausencia del aire acondicionado.

El tren salió puntual a las 7 de la tarde rumbo a la capital del reino. Tras la primera parada en Antequera, sobre las 7:30, cogió velocidad crucero siendo, en ocasiones, más rápido que el viento. De repente, se empezaron a oír murmullos de gente preocupada en ese vagón número 7. Algo no iba bien, la escritora había llamado al personal de cabina del tren porque su amiga embarazada había empezado con los dolores y las contracciones típicas del parto, “¡1 mes antes de la fecha prevista!” Gritaba como si un espíritu maligno se hubiera apoderado de ella. Hubo unos momentos de caos porque el tren estaba en medio de la nada y no podía parar para llevarla a un hospital, pero por fortuna, sí que había un médico a bordo. El doctor se abrió paso entre el resto de pasajeros y llegó al asiento de la mujer embarazada. Se presentó como el doctor Quirón especialista del aparato digestivo, pero reconvertido temporalmente en el obstetra que le ayudaría a traer al mundo a su bebé. El parto se desarrolló sin incidencias y nació Lucas, un bebé perfectamente sano con muchas ganas de llorar. El vagón número 7 rompió en aplausos y enhorabuenas a la madre, al bebé y al obstetra por accidente.

La madre, el niño y su amiga escritora fueron recogidas por una ambulancia en la Estación de Atocha de Madrid y llevadas al Hospital de la Paz donde la madre y el bebé fueron examinados para comprobar que estaban en perfecto estado de salud.

NARRADOR PROTAGONISTA

Había pasado unos días del mes de julio en casa de Corintia, mi amiga escritora de novela negra que estaba rompiendo el mercado editorial español con sus novelas sobre los narcos de la costa del sol malagueña. Habíamos decidido que me acompañaría de vuelta a Madrid en el AVE desde la estación de tren María Zambrano de Málaga, ya que yo parecía un balón Nivea de playa que en cualquier momento podía salir disparado. Lucas, mi futuro bebé, estaba entrenando para ser futbolista y no dejaba de dar patadas a ese balón de playa que era mi vientre.

Al llegar a la estación me sentí muy fatigada y con mucho calor, la multitud no dejaba de caminar a nuestro lado y en ocasiones sentí cierta sensación de ahogo y claustrofobia. Nuestro tren salía a las 7 de la tarde, un horario algo tardío para mi cuerpo serrano que ya parecía fantasmal a las 5. Localizamos el tren y nos encaminamos a nuestro vagón, el número 7. Al entrar, una azafata muy amable me acompañó a mi asiento y me proporcionó todo lujo de detalles para que se me hiciera el trayecto lo más cómodo posible. Corintia no dejaba de relatarme la diversidad de personas que compartían asiento en el vagón, pero mi cabeza estaba en otro sitio, me sentía tremendamente cansada y con ciertos dolores por todo el cuerpo.

Intenté dormir, pero Corintia seguía a lo suyo, sino era relatándome la fisionomía y sus conjeturas del resto de pasajeros, era el tecleo demasiado enérgico en su portátil porque estaba plasmando una genial idea para una futura novela. A mitad de trayecto, empecé a sentir unos dolores insoportables en mi vientre, cada vez con más frecuencia y en menos tiempo. Mi avispada amiga, se percató de que me encontraba de parto, como yo no era capaz de reaccionar, ella llamó a la tripulación de cabina y entre el alboroto apareció un apuesto doctor que se autoproclamó mi ayudante de primeros auxilios, o algo parecido, porque apenas podía distinguir su voz de la de la azafata diciéndome respira y empuja, que yo quería hacer a la vez y me resultaba imposible. Tras unos minutos, que me parecieron una eternidad, escuche los lloros desconsolados de Lucas, cuando le tuve en mis brazos supe que nunca podría querer más a una persona de cómo lo quería a él. El resto de pasajeros aplaudían, cantaban e incluso bailaban con el nacimiento de mi pequeño. Siempre estaré agradecida a ese doctor intrépido que me ayudó a traer a lucas al mundo sano y salvo.

Al llegar a la estación de Atocha en Madrid, nos esperaba una ambulancia para poner rumbo al Hospital de la Paz y que nos hicieran la revisión médica que certificará que todo estaba bien. A mi lado estaba impertérrita, Corintia, tomando notas como una descosida, seguramente que para una escena de su próximo Best Seller.

NARRADOR TESTIGO

Penélope y yo habíamos pasado unos días muy tranquilos en Estepona, paseando por la playa y comiendo en sus chiringuitos. Ella estaba tremendamente ilusionada con su próxima maternidad y no dejaba de contarme sus planes con el pequeño Lucas. Cuando acabó sus días de descanso, Penélope y yo decidimos que le acompañaría de vuelta a Madrid en tren de Alta Velocidad desde la estación María Zambrano de Málaga. Ese día caluroso de verano, al llegar a la estación noté bastante fatigada a Penélope, aunque ella no me dijo nada, no hacía falta, su rostro y el sudor que la empapaba eran suficientemente claros para saber que ya contaba los días para tener a su pequeño en sus brazos.

Buscamos el tren con destino Madrid y nos dirigimos al vagón número 7, el nuestro, tuvimos que hacernos paso entre una multitud de turistas enloquecidos por los rayos del sol malagueño. Al entrar en el vagón, una azafata nos indicó nuestro asiento y puso a disposición de Penélope todo aquello que le proporcionase un trayecto lo más cómodo posible, pero yo no podía dejar de observar a la diversidad de personas que también viajaban en nuestro vagón y no pude resistirme a imaginar cómo serían sus vidas y a qué se dedicarían, en mi cabeza ya estaba componiendo una escena de una futura novela. A pesar de que yo creía que estaba en silencio, todos estos pensamientos se los estaba transmitiendo a Penélope que de repente me dijo ¡Corintia, cállate o te comerás mi puño, que quiero dormir! En ese momento, hice mutis por el foro, saqué mi portátil y me puse a escribir.

Al cabo de un rato, me di cuenta que Penélope no se encontraba bien, tenía el rostro desencajado y no paraba de gritar que le dolía mucho la barriga, entonces llamé al personal de cabina y les transmití que mi amiga se encontraba de parto. Le di la mano y me puse a respirar con ella. Sin previo aviso apareció un doctor que viajaba en el vagón para ayudar en el parto de Penélope y al cabo de un rato, lucas ya estaba en este mundo, sano y salvo gracias al doctor providencial. El vagón estalló en júbilo y como en una escena de los hermanos Marx todo parecía caótico dentro de un orden.

Al llegar a la estación de Atocha en Madrid acompañé a Penélope y al pequeño lucas al hospital, no sin antes entregar mi teléfono al apuesto doctor, ya que una buena historia ha de ser contada con todo lujo de detalles y para eso es necesario contar el testimonio de las personas allí presentes. Mi próximo libro se titularía “la chica del vagón número 7”.

sábado, 23 de mayo de 2020

LA MITOLOGÍA: SU ORIGEN Y UTILIDAD

Llámese mitología o fábula la historia que trata de la vida y hazañas de los semidioses y héroes de la antigüedad pagana. No todo lo que en estas fábulas se refiere es pura mentira o ficción; algunas de ellas descansan sobre fundamentos históricos y aún las hay que están sacadas del Antiguo Testamento. El diluvio de Deucalión recuerda el diluvio de Noé; en los Gigantes que escalan al cielo, fácil es reconocer a los hijos de los hombres levantando, con loca audacia, la torre de Babel; la formación del hombre por Prometeo es un remedo del Génesis; el sacrificio de Ifigenia parece reproducir la historia de Jefté.

El sacrificio de Ifigenia (1653) de Sébastien Bourdon.

La mitología tuvo su cuna en Egipto, Fenicia y Caldea. Hacia el año 2000 antes de Jesucristo, Nino, rey de Babilonia, hizo erigir en medio de la plaza pública la estatua de su padre Belo y mandó a sus súbditos que ante el vano simulacro ofreciesen incienso y elevasen sus plegarias. Influidos por este ejemplo, los pueblos vecinos deificaron a sus príncipes, a sus legisladores, a sus guerreros, a sus grandes hombres y aún a aquellos que habían conquistado una vergonzosa celebridad. Las pasiones y los vicios fueron también divinizados. Pero los pueblos de Grecia fueron los que elevaron la mitología a su mayor esplendor, la embellecieron con ingeniosas concepciones, la enriquecieron con gayas ficciones y en ella derramaron a manos llenas las creaciones de su imaginación. A sus ojos pareció demasiado sencillo lo que era tan sólo natural; los relatos de acciones verdaderas se animaron atribuyéndoles circunstancias extraordinarias. A sus ojos los pastores se tornaron sátiros y faunos: las pastoras, ninfas; los jinetes, centauros; los héroes, semidioses; las naranjas, manzanas de oro; en un bajel que navegaba a velas desplegadas vieron un dragón alado. Si un orador conseguía cautivar a su auditorio con los encantos de su elocuencia, le atribuían el poder de haber amansado los leones y de haber tornado sensibles a los duros peñascos. Una mujer que había perdido a su esposo y pasaba los días sumida en llanto inconsolable, aparecía a sus ojos convertida en fuente inagotable. De esta manera la poesía animó la naturaleza y pobló el mundo de seres fantásticos.

La Ilíada de Homero
La Odisea de Homero

Por más que la mitología sea, casi en su totalidad, tejido continuo de fábulas, no por eso deja de tener una utilidad incontestable. Por ella nos ponemos en condiciones de poder explicar las obras maestras de los pintores y escultores que admiramos y nos facilita la lectura de los poetas y la hace interesante. La mitología aclara la historia de las naciones paganas, nos hace conocer hasta qué punto los egipcios, mesopotámicos, griegos y romanos vivían sumidos en profundas tinieblas y a qué grado de desorientación puede llegar el hombre abandonado a las solas y pobre luces de su inteligencia. Sin duda que la mayor parte de las fábulas que la integran son falsas y absurdas: unos dioses cojos, ciegos, vulgares, luchan entre sí o contra los hombres; unos dioses pobres, desterrados del cielo, se ven obligados, mientras sobre la tierra permanecen, a ejercer el oficio de albañil o de pastor, quedando, de este modo, ridiculizados en extremo. Pero la mitología ofrece frecuentemente fábulas morales en las que bajo el velo de la alegoría se ocultan preceptos excelentes y reglas de conducta.

El dios Marte de Diego Velázquez (1640).

Saturno devorando a su hijo de Francisco de Goya (1819-23).

Las furias que se ceban encarnizadamente en Orestes, el buitre que roe las entrañas de Prometeo, trazan la maravillosa imagen del remordimiento. La historia de Narciso ridiculiza la vanidad estúpida y el exagerado amor a sí mismo. La trágica muerte de Ícaro es una lección admirable para los hijos desobedientes, Faetón es el tipo de los orgullosos castigados. Los compañeros de Ulises convertidos en viles puercos por los brebajes de Circe, son una imagen fidelísima del embrutecimiento a que conducen la intemperancia y el libertinaje.

Orestes perseguido por las furias de William Adolphe Bouguereau (1862).
 

¿Creían todos los sabios de la antigüedad en la verdad de las fábulas mitológicas? Seguramente que no, pero no se atrevían a combatirlas abiertamente y contaban con burlarse de ellas en el seno de sus familias o en la intimidad de sus amistades. Quiso Sócrates demostrar a los atenienses la existencia de un solo y verdadero Dios atacando, por ende, el politeísmo, y pagó con la vida sus nobles propósitos. En Roma, Cicerón se atrevió en una de sus obras a chancearse al tratar de los dioses y mereció por ello la censura de sus contemporáneos.

Sócrates
Marco Tulio Cicerón

Al cristianismo estaba reservada la gloria de reducir a escombros este vetusto edificio y hacer que ante la antorcha de la revelación divina desaparecieran las tinieblas y la ignorancia que tales supersticiones fomentaban.

Vídeo sobre el mito de la creación en tres culturas.


BIBLIOGRAFÍA

Humbert, J. (2010). Mitología griega y romana. Barcelona: Editorial Gustavo Gil.

 


domingo, 17 de mayo de 2020

¿QUÉ SON LOS MITOS?

Los mitos son relatos mágicos en los que podemos contemplar el reflejo, no sólo de nuestras ilusiones y nuestros temores más profundos, sino también los de los pueblos primitivos que nos precedieron. Algunas de estas leyendas son muy antiguas y, a buen seguro, se contaban ya mucho antes del nacimiento de la escritura. En su conjunto, los mitos y las leyendas conforman gran parte de la literatura, la filosofía y la religión que ha creado la humanidad y constituyen sin duda un testimonio imprescindible del imaginario colectivo.

Los mitos cumplían numerosas funciones en los pueblos que los crearon y los transmitieron. No sólo ofrecían respuestas a los grandes interrogantes filosóficos de siempre (cómo se creó el universo, cuál es la naturaleza de las fuerzas que intervienen en él y cuál es el origen del ser humano y de la humanidad en su conjunto), sino que también proporcionaban respuestas a temas de índole más personal, como pautas sobre cómo comportarse, reglas sociales o explicaciones sobre cómo sería la vida en el más allá. En ese sentido, los mitos cimentaban las estructuras mentales sobre las que los antiguos construían su concepto de la vida. Y lo hacían, detalle éste fundamental, bajo un discurso narrativo, en forma de historias que la gente pudiera recordar y con las que pudiera identificarse, y, en definitiva, les hicieran reír, llorar o atemorizarse.

Debido precisamente al vasto repertorio de temas que tocan, de carácter casi universal, los mitos han ejercido desde siempre un atractivo que va más allá de lo cultural. Todo aquel que se adentra en el apasionante mundo de la mitología no tarda en hacer un sorprendente descubrimiento: más allá de las peculiaridades propias de su cultura de origen, es posible establecer paralelismos de lo más reveladores entre los mitos de las diferentes culturas, tal como lo demuestra la presencia de toda una serie de imágenes recurrentes (el huevo del que nace el universo, el diluvio universal, la naturaleza mortal del hombre como castigo divino…).

POPOL VUH: el libro sagrado de los mayas.


Estas similitudes son lo bastante evidentes como para haber atraído la atención de especialistas de numerosas disciplinas que, a lo largo de los años y desde sus campos respectivos, han intentado buscar una explicación a las mismas. Una hipótesis de trabajo obvia es la de la transmisión cultural, esto es, la idea de que los mitos han pasado de un pueblo a otro a través del contacto directo, como si se tratase de una mercancía más. En el siglo XIX, por ejemplo, se vinculó al descubrimiento de la propagación de las lenguas indoeuropeas a lo largo y ancho de Eurasia durante la edad del bronce, proceso durante el cual un grupo de pueblos arios se trasladó a India mientras que otro se dirigió hacia el norte de Europa después de atravesar Oriente Próximo y Grecia. Se trataba, sin duda, de una más que evidente vía de transmisión cultural que explicaría el hecho de que en las mitologías india, griega y nórdica aparezca una serie de temas comunes.

El panorama no hizo sino complicarse más cuando, ya en el siglo XX, los occidentales supimos de la existencia de una rica mitología en Australasia, el África Subsahariana y el continente americano, regiones que no mantuvieron contacto alguno durante la Antigüedad con las culturas de Eurasia, y cuyos mitos, sin embargo, guardan diversos puntos en común. Así, resulta que hay mitos sobre un gran diluvio universal tanto en Australasia y Suramérica como en China o Mesopotamia, al igual que se ha descubierto la existencia de mitos sobre la creación muy parecidos entre sí en culturas tan distantes como África y la antigua Grecia. Tenían que haber, pues, otros factores que explicaran la existencia de tales mitos y el hecho de que, por un motivo u otro, hubieran recorrido enormes distancias geográficas que las antiguas poblaciones no habían salvado.

Mitología africana: Mawu y Lisa, los gemelos creadores.


Este misterio captó el interés del gran psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, quien con el tiempo acabó descubriendo que muchos de los temas que aparecían en los mitos universales, como los bosques sombríos, las transformaciones imposibles, las criaturas monstruosas, los niños abandonados, la capacidad de volar o las caídas, se mostraban también en sus sueños, así como en los de sus pacientes. Fue a partir de este descubrimiento que desarrolló su teoría del “inconsciente colectivo”, una nueva parcela de la mente inconsciente donde tiene cabida una colección de recuerdos e imágenes comunes a todo ser humano. Aunque son muchos los que con el paso del tiempo han rebatido esta teoría, lo cierto es que la noción de “arquetipo”, término éste con que se designaba a estos símbolos mentales de carácter universal, ha pasado ya a formar parte de nuestra cultura. Según Jung, los arquetipos son el vínculo perdido entre la mente individual de cada persona y los mitos propios de su cultura, y son precisamente ellos los que han posibilitado la vigencia hasta nuestros días de ese universo mitológico. Cuando decimos que algo “es un mito”, tanto podemos referirnos a que ese algo es ridículo o imposible, como a que por su carácter trascendental posee una “dimensión mítica”.

Carl Gustav Jung


Todo ello explica que las leyendas y los mitos continúen hoy en día dando sentido a nuestras vidas, así como al mundo en que vivimos. Y es que los grandes temas de la mitología universal discurren paralelos a nuestras propias experiencias vitales, escenificando en un plano imaginativo nuestras esperanzas y nuestros temores más profundos. Es precisamente gracias al hecho de que podemos identificarnos y emocionarnos con su contenido por lo que continúan captando nuestro interés y seduciéndonos.

El Consejo de los Dioses, fresco de Rafael.


Por otro lado, los mitos tienen también una innegable lectura de carácter social al sugerir que, al margen de las enormes diferencias idiomáticas y culturales, existe un origen común. Por alguna razón todavía por descubrir en la estructura mental del ser humano, lo cierto es que los pueblos de todos los continentes y todas las regiones climáticas tienden a desarrollar las mismas situaciones y a plantear los mismos conflictos. En ese sentido, los mitos se valen de un lenguaje universal que remite a un mundo anterior a la torre de Babel. Y es que, en definitiva, una vez salvadas las innumerables peculiaridades culturales, los mitos testimonian la unidad imaginativa del ser humano más allá del tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

Littleton, C. Scott (2007). MITOLOGÍA. antología ilustrada de mitos y leyendas del mundo. Barcelona: Editorial Blume.


viernes, 8 de mayo de 2020

75 ANIVERSARIO DEL FINAL DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Lo que no acabó el 8 de mayo de 1945

La capitulación de Alemania, hace ahora 75 años, no significó el final del sufrimiento de los civiles en Europa, ni del conflicto.

Residentes berlineses pasean entre las ruinas de la ciudad alemana, tras ser tomada por el Ejército Rojo, en mayo de 1945.


El 8 de mayo de 1945, hace ahora 75 años, terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa con la entrada en vigor de la rendición incondicional de Alemania. Sin embargo, esto no significó el final del sufrimiento en el continente para millones de civiles, ni siquiera el final de la guerra, que continuó en Asia hasta agosto y en varios países europeos, donde se combatió hasta casi los años cincuenta. El Día de la Victoria empezó la reconstrucción de un continente devastado por el mayor conflicto de su historia, pero la paz todavía era un objetivo lejano. “Europa entera vivió durante décadas bajo la alargada sombra de los dictadores y las guerras de su pasado inmediato”, escribió el historiador británico Tony Judt en su clásico Postguerra (Taurus).

El Viejo Continente se convirtió en el escenario de un nuevo tipo de conflicto, la Guerra Fría, que se saldaría con la condena a vivir en dictaduras del socialismo real para millones de ciudadanos de Europa del Este y con guerras civiles en Grecia o Yugoslavia. La inmensa mayoría de los europeos vivían en la pobreza extrema, entre las ruinas y el hambre constante, mientras se producían oleadas de refugiados. “Todos y todo, con la notable excepción de las bien alimentadas fuerzas de ocupación aliadas, parecían acabados, sin recursos, exhaustos”, explica Judt. Los antiguos nazis trataban de escabullirse, mientras los supervivientes del Holocausto encontraban muy pocos lugares seguros en los que refugiarse. En gran parte del continente se produjeron episodios de violencia aunque la mayoría de los combates habían finalizado. Algo que no ocurrió en Asia, el otro gran frente de la Segunda Guerra Mundial.

Los combates en el Pacífico

Ni la destrucción de Alemania, ni el suicidio de Hitler, ni el derrumbe del Tercer Reich, ni el sufrimiento atroz para millones de personas, llevaron al Japón imperial a rendirse. “Al día siguiente de la rendición incondicional de Alemania, Japón anunció desafiante al mundo su voluntad de seguir luchando”, escribe Max Hastings en Némesis (Crítica), el ensayo en el que este gran historiador de la Segunda Guerra Mundial analiza la derrota de Japón en 1945. Los B-29 estadounidenses llevaban meses portando muerte y destrucción al corazón de Japón en forma de bombardeos masivos –una cuarta parte de Tokio fue destruida en la noche del 9 al 10 de marzo con bombas incendiarias–, pero la derrota parecía lejana. Una invasión terrestre del archipiélago era demasiado costosa y existía el peligro de que Rusia se adelantase, por lo que Estados Unidos ya había tomado la decisión de utilizar la bomba atómica, primero contra Hiroshima (6 de agosto) y luego contra Nagasaki (9 de agosto). Para muchos historiadores, aquellas nuevas armas no significaron solo el final de la Segunda Guerra Mundial, sino el principio de la Guerra Fría, que ya había empezado en Europa incluso antes de la rendición de Alemania.

La Guerra Fría

Los Aliados se dividieron Europa en cuatro conferencias: Teherán, Yalta, Potsdam y la menos conocida de Moscú, en la que, sin la presencia del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, Josif Stalin y Winston Churchill decidieron el destino de los Balcanes en un trozo de papel garabateado. La desconfianza había marcado toda la fase final del conflicto y cada vez estaba más claro que una parte del continente iba a quedar sometida a la URSS en lo que el historiador Keith Lowe llama “la subyugación del este de Europa” en Continente salvaje (Galaxia Gutenberg). “La toma del este de Europa por el comunismo no fue un proceso pacífico”, explica Lowe, quien señala que los combates continuaron en Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia y Polonia, esta vez contra los partisanos. “Los partidos comunistas adoptaron una estrategia de presión encubierta, seguida de otra de terror y represión”, escribe Tony Judt. Incluso países como Checoslovaquia, donde el Partido Comunista apenas había logrado un 10% de los votos antes de la guerra, estaban sentenciados. Alemania quedó rápidamente rota. Solo con la caída del Muro de Berlín, en 1989, aquellos millones de europeos del Este recuperarían la libertad.

La expulsión de los alemanes

Desde el final de la Primera Guerra Mundial, los países de Europa del Este habían sido una mezcla de culturas, lenguas y pueblos. En 1945, ese crisol se terminó de manera brutal en la mayoría de aquellos Estados, sobre todo con la expulsión masiva de los alemanes étnicos, uno de los grandes dramas del conflicto y, a la vez, el menos conocido. Los alemanes pasaron de ser los verdugos, porque su apoyo masivo al nazismo fue indiscutible hasta el final, a ser las víctimas, sobre todo las mujeres que padecieron las violaciones masivas de los soldados soviéticos.

La firma de la rendición alemana, en Berlín, el 8 de mayo de 1945.

El éxodo de los alemanes étnicos representó la mayor oleada de refugiados de la guerra. “Las estadísticas relacionadas con la expulsión de los alemanes entre 1945 y 1949 superan la imaginación”, escribe Keith Lowe. “La mayor cantidad de ellos proceden de las tierras que se incorporaron a la nueva Polonia: casi siete millones. Otros tres millones fueron expulsados de Checoslovaquia y más de 1,8 millones de otras tierras”. Llegaban a un país en el que no habían estado nunca, arrasado no solo física sino también moralmente (solo en Berlín, el 75% de los edificios había sufrido daños). Cientos de miles murieron por el camino.

Un continente de refugiados

Mientras llegaban oleadas y oleadas de alemanes, a su vez millones de personas trataban de regresar a sus países desde las ruinas del Tercer Reich. Solo en Alemania estaban varados ocho millones de trabajadores esclavos de toda Europa, que querían volver sin recursos en medio del caos. Uno de ellos era el padre del escritor holandés Ian Buruma, que cuenta su retorno en Año cero. Historia de 1945 (Pasado&Presente). Llegó tan hambriento y deteriorado a Holanda, explica Buruma, “que seis meses después, aún era visible en él la hinchazón de la hidropesía causada por la falta de alimentos”. Sin embargo, muchos otros refugiados no tenían un lugar al que volver, sobre todo los judíos, las principales víctimas del horror nazi.

“Los judíos de todas las nacionalidades descubrirían que el fin del dominio alemán no significaba el fin de la persecución. Ni mucho menos. Pese a todo lo que habían sufrido los judíos, el antisemitismo aumentaría al final de la guerra”, argumenta Lowe. Polonia era un lugar especialmente peligroso, donde los pogromos fueron frecuentes, el peor de ellos en Kielce, el 4 de julio de 1946. “El regreso de los judíos al este nunca se consideró siquiera, ya que nadie en la URSS, Polonia ni ningún otro lugar mostraba el más mínimo interés en su regreso. Tampoco los judíos fueron especialmente bienvenidos en el oeste”, explica por su parte Tony Judt.

El final de la Segunda Guerra Mundial también representó el principio de la construcción europea. Los países vencedores habían aprendido del error del Tratado de Versalles y comprendieron que solo una Europa unida, que incluyese a Alemania, podría evitar un tercer conflicto mundial. Sobre las ruinas de Europa, en aquel desolador y a la vez esperanzador año 1945, se empezó a construir el futuro.

Este artículo lo ha escrito el periodista Guillermo Altares en el diario El País en su sección de cultura/historia el 08/05/2020 .
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